Creativos que hacen.
Para Giró, las ideas cuando nacen son como los bebés, que recién nacidos son “feos”, pero van mejorando con todo el proceso que sigue a continuación: buscarle nombre, verlo crecer, amantarlo y darle mucho cariño.
Ignasi Giró, fundador y director creativo ejecutivo de Honest&Smile, presentaba su última producción: Timeless Box, una caja para regalo que se abre en la fecha programada. El vídeo que explicaba el producto y su lanzamiento contaba cómo se había gestado y qué dificultades entrañaba su producción.
Hasta llegar a la Timeless Box, Giró había sufrido un proceso de transformación en su quehacer profesional que le hizo pasar de comunicar a fabricar. Todo empezó cuando en su cerebro de físico introdujo una cierta dosis de desorden, propio de su faceta de creativo. Timeless Box es un producto que , fundamentalmente, enseña a esperar. Pero después de la espera te regala la visión del paso del tiempo. Si nos paramos a pensar, dijo Giró, vivimos rodeados de productos egocéntricos. Timeless Box es lo contrario, un producto pensado para los demás.
Para Giró, las ideas cuando nacen son como los bebés, que recién nacidos son “feos”, pero van mejorando con todo el proceso que sigue a continuación: buscarle nombre, verlo crecer, amantarlo y darle mucho cariño.
Durante la conferencia, Giró realizó una pequeña demostración de cómo funcionaba la caja, con una pequeña tortuga que acabó regalando al público.
De todo el proceso de gestación, lo más difícil, al menos en el aspecto emocional, fue el crowdfunding. Aunque más que crowdfunding podría decirse que fue “realityfunding (porque había momentos en que parecía una mezcla de Gran Hermano y de humor amarillo)”. Tras muchos “noes” estaba decidido a abandonar y se dio de plazo una semana para ver qué pasaba antes de dejarlo todo. En esa semana de transición se dio cuenta de lo bonito que es crear objetos, algo que había olvidado por la ansiedad de todo el proceso.
Finalmente le llegaron dos propuestas serias de hacer la Timeless Box, de una forma lenta y progresiva, lo que le animó a seguir con el proyecto. Una vez se decidió a seguir, el problema estaba en las 200 personas que estaban esperando la caja, a las que le tenía que decir que no sabía cuándo la iban a poder tener.
Para explicarles a los financiadores en qué momento del proceso estaba la Timeless Box, creó una canción y se grabó en un vídeo cantándola. La envió a los “inversores” y uno pidió que le devolviesen el dinero, pero los demás le animaron a seguir adelante. En este punto, confiesa Giró, lo que le salvó fue la gente y el placer de hacer algo y perder el miedo a fracasar.