Reset C 2015.
Una nueva selección de jóvenes creadores realizada por el diseñador y comisario Wences Sanz. En esta edición, los seleccionados fueron: Muokkaa, David Huertas, Domestic Data Stream y José Afterol
El diseñador Wences Sanz busca el talento joven por toda España. En esta ocasión los elegidos para formar parte de la sección Reset C han sido los diseñadores Muokkaa y David Huertas, el equipo de desarrolladores Domestic Data Streamers y el fotógrafo José Afterol. Todos ellos estuvieron en Pamplona para dar cuenta de sus experiencias profesionales y mostrar algunos de sus trabajos.
Tras el nombre de Muokkaa se encuentra Alejandro López Becerro, un diseñador gráfico salmantino que un buen día decidió trasladarse a Madrid para ampliar sus conocimientos en diseño y motion graphics. Apasionado del 3D, la ilustración y la tipografía, a lo largo de su carrera profesional ha trabajado para varios estudios y productoras de televisión. Si hay algo por lo que destaca su trabajo es por la originalidad y colorido de sus tipografías, tal y como fue mostrando en su exposición, que inició relatando sus inicios en la profesión. “Todo empezó cuando participé en “36 Days of Type”. Un proyecto en el que se invitaba a diseñadores, ilustradores y artistas gráficos a que, durante 36 días, aportasen su visión de los signos que forman nuestro alfabeto”. Cuenta que la experiencia fue todo un reto que le sirvió para comprometerse consigo mismo y poner en práctica su técnica. Fue tal el éxito de su propuesta que enseguida le empezaron a llamar para pedirle trabajos. El primero, el de la revista Yorokobu, que le encargó que diseñara los números para un calendario. “Acabé creando números que de forma individual funcionaban como ilustración, pero que también tenían sentido conjuntamente, ya que existían elementos de conexión entre ellos”. A partir de ahí, le surgieron nuevas propuestas, como la de la revista Ideas, para la que diseñó la letra I de su portada.
Este joven diseñador, actualmente en el equipo de Erretres The Strategic Design Company, está graduado en diseño gráfico y multimedia en ESNE y ha trabajado en estudios como Underbau o Sagafurs Design Centre en Copenhague, en los que ha desarrollado proyectos editoriales de carácter cultural y de identidad visual.
Huertas dedicó su tiempo de exposición a explicar su proyecto de fin de grado y a relatar cómo el arte conceptual le influyó a la hora de llevarlo a cabo, especialmente las figuras de Kandinsky y John Cage. De este último, dijo, que le llamó mucho la atención su trabajo artístico con los pentagramas, “fue ahí donde surgió la chispa para desarrollarlo todo”, comentó. Citando a John Cage, dijo que “el futuro de la música incluirá los sonidos, tanto los que se encuentran dentro como los que están fuera de los pentagramas”. Y es que para Huertas, “el pentagrama es a la música lo que la retícula al diseño”. Por eso, según relató, busca la musicalidad de cada palabra, transformándola en elementos musicales, como puntos, corcheas, compases… Toda una manera de entender el mensaje musical que hay detrás de cada frase o expresión. Huertas fue en 2013 seleccionado finalista en la Bienal Iberoamericana de Estudiantes y, en 2014, galardonado con un Laus de Bronce en la categoría estudiantes trabajo libre.
Este equipo de desarrolladores de Barcelona ha tomado como reto captar y transformar el frío mundo de los datos en experiencias tangibles e interactivas. Mezclando diseño y herramientas digitales, su trabajo se mueve en los límites del arte, la ciencia y la sociología, con el objetivo de mostrar los datos con un enfoque más humano. En poco más de un año, han creado instalaciones para distintos museos e instituciones de todo el mundo, entre los que destacan el CCCB (Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona), la Smart City Expo, el Disseny Hub Barcelona o Qatar Foundation.
A lo largo de su exposición, hablaron de algunos de estos proyectos. Como aquel que partió de una encuesta en la que preguntaban a la gente los años que tenían y hasta qué edad querían vivir. Información que luego jerarquizaron y convirtieron en info-experiencias, “para que los datos tuvieran sentido”, señalaron. Y es que, según explicaron, uno de los objetivos que persiguen es “dar el poder a las personas para impactar sobre la información. Conseguir generar un espacio de discusión y lograr trasladar el punto de vista individual a lo colectivo”.
Otro ejemplo de su trabajo es un proyecto que realizaron con motivo de su primer aniversario y que pretenden repetir cada año. Consiste en que, durante 24 horas, evalúan el humor de todas las personas que pasan por un punto fijo, si son optimistas o pesimistas. Y el resultado lo plasman en un mural. “Conseguimos que la gente se sintiera autora de la pieza”.
Otro de los proyectos que compartieron en su exposición fue ‘Sand Fall’, una instalación realizada para la exposición ‘Bing Bang Data’ organizada por el CCCB, y con la que pretendían mostrar el impacto del arte en las personas, utilizando cámaras que grababan el tiempo que la gente dedica a contemplar una obra de arte.
Durante su exposición, José Afterol relató cómo fueron sus inicios en el mundo de la fotografía, cuáles son sus preferencias y qué temáticas le interesan más. Afterol comenzó a hacer fotos como si de un juego se tratara, impulsado por la necesidad de captar la esencia de un momento único y poderlo transmitir a los demás. De forma autodidacta y a base de constancia, ha logrado definir un estilo propio visible en cada una de sus imágenes que se caracterizan, según él mismo explica, por un equilibrio entre lo natural y lo misterioso, a partes iguales. “Si hubiera ido a clase”, dijo en su intervención, “seguramente tendría otra visión mucho más impuesta y no tan personal como la que tengo ahora”.
Aftterol describe su trabajo como un retrato de lo cotidiano, por lo que no entiende la fotografía sin la calle, tal vez porque fue allí donde comenzó a practicar, haciendo graffities. También explicó que había experimentado con diferentes formatos fotográficos, distintos tipos de cámaras… hasta que llegó a la conclusión de que “la fotografía analógica transmite mucho más que la digital”. En este sentido, dijo que es capaz de encontrar lo hermoso y lo aterrador de lo desconocido, y congelarlo con la espontaneidad y frescura que una cámara analógica le permite.
A la hora de trabajar, comentó que le resulta fundamental “encontrar un vínculo con el sujeto al que fotografía, ya que normalmente la cámara asusta a la gente”. Su obra, como el la describe, es un retrato de lo cotidiano.