No debería ser normal sufrir cuando haces una cosa que te gusta.
Esta premisa tan sencilla, pero que esconde una verdad universal, fue lo que empujó a nuestra socia Marta LLuciá a adentrarse en el mundo del emprendimiento y aplicar su creatividad a un producto, en principio, tan poco creativo: unas botas de esquí. Y es que es incluso ahí, en los objetos más sencillos, donde basta un poco de creatividad para darle la vuelta a todo y revolucionar el mercado.
En este artículo nos da las claves del proceso, desde la idea hasta el desarrollo del producto, detallando todos los pasos que dieron ella y sus socios hasta tener el producto en la mano ¡Emprendedores, atentos!
El calzado de esquí: un producto poco funcional… hasta ahora.
Según un estudio de la asociación alemana de esquiadores, el 50% de los esquiadores está insatisfecho con sus botas de esquí y el 94% reclama un mejor y más cómodo ajuste para éstas.
Para los neófitos en la materia, deciros que las botas de esquí actuales consisten en una carcasa de plástico que comprimen el pie y la pierna, proporcionando la rigidez necesaria para controlar y conducir el esquí a costa de dolor e incomodidad. Además de ser muy poco funcionales como calzado de calle.
Con nuestras botas queríamos crear una bota versàtil con un sistema patentado de conexión / desconexión para ser utilizadas como calzado de calle.
Neu Boots proporciona la rigidez necesaria mediante una estructura que no comprime ni la pierna ni el pie, pero que permite el mismo control y rendimiento que con una bota de esquí convencional.
Nuestro producto constan de tres elementos clave:
1- Una exoestructura que ofrece la rigidez necesaria para el control del esquí. Dicha exoestructura se inserta en una suela flexible que se endurece para esquiar.
2- Una bota cómoda, cálida, impermeable y transpirable, que sujeta perfectamente pie y pierna con un sistema de cierre automático de cordones para un ajuste uniforme sin presiones incómodas
3- Sistema de conexión / desconexión para dar rigidez en el momento de esquiar y al desconectarlo permite una flexión natural de la pierna y la suela para ser utilitzada como calzado de calle.
Con todo ello queremos que nuestros clientes disfruten de una completa experiencia y lo más importante, QUE EL MEJOR MOMENTO DE UN DÍA DE ESQUÍ NO SEA CUANDO SE QUITEN SUS BOTAS.
Una idea que surge para cubrir una necesidad
Aunque siempre hemos tenido ganas de emprender, incluso alguno de los fundadores ya hemos tenido empresa propia en el pasado, en este caso, vino de una gran idea. Empezamos a desarrollarla para lanzarla al mercado, sabiendo que cubríamos una necesidad que pondría solución a un problema existente.
Uno de los fundadores, doctor especialista en rehabilitación y biomecánica, esquiador de toda la vida, y sufridor de las botas de esquí, había estado en contacto con el sistema de prótesis utilizadas para facilitar el movimiento de los afectados por la poliomielitis. Esta experiencia le permitió crear la idea para nuestras botas de esquí.
El proyecto empezó en 2015 y lo primero que hicimos fue encontrar una empresa de ingeniería que apostaran por la idea, facturando el mínimo para recuperar la inversión cuando el producto estuviese en el mercado.
Lo primero, fue la validación técnica de la solución, comprobando que esa idea teórica era funcional.
Hasta el momento hemos desarrollado 4 prototipos, dónde hemos ido mejorando el producto a medida que avanzábamos en cada uno. Paralelamente, hemos formado una base de relaciones con personas importantes del mundo del esquí (directores de pistas de esquí, monitores, propietarios de tiendas especializadas, bootfitters, fisioterapeutas…), tan importante en esta área.
De la ideación a la inversión. Frenos y barreras que ponen en peligro la idea.
Un proyecto como el nuestro es muy intensivo en capital, de manera que es esencial invertir mucho dinero. Inicialmente las aportaciones fueron de los propios fundadores, pero conforme avanzaba el proyecto las necesidades financieras se fueron incrementando y llegó el momento de buscar fondos e inversores. La primera aportación externa vino de una subvención de la Generalitat de Catalunya y más tarde recurrimos a la figura del business angel que aportó una parte del capital necesario, permitiéndonos acceder a un préstamo participativo sin garantías del Ministerio de Industria (ENISA).
Respecto a las barreras que nos encontramos, en proyectos industriales, como este, donde hay un producto tangible y prima la complejidad, el principal obstáculo es la necesidad de capital.
Mediante la alianza con la ingeniería responsable de la parte técnica del proyecto conseguimos reducir una parte importante del capital necesario, pero la fabricación de los prototipos requiere mucha inversión.
Otro gran problema subyacente en proyectos industriales es la lentitud; ya que hay que diseñar, contactar proveedores, fabricar los prototipos, probarlos, determinar sus problemas y mejoras a implementar. En nuestro caso, además, se añade el hecho de ser un productor estacional que requiere realizar las pruebas cuando hay nieve.
A nivel emocional hay que desarrollar unas ciertas capacidades, pero tal vez, las dos más importantes serían la perseverancia y la resiliencia.
Cifras, implicación del equipo y previsión de escalabilidad.
Como decíamos, un producto como este requiere una gran inversión. Así, los fundadores han aportado más de 150k, mientras que la aportación de los inversores ha sido hasta el momento de 150k y el préstamo participativo de ENISA de otros 100k.
Respecto a los socios, en la actualidad, el CEO Sergi Garcia-Alsina tiene una dedicación completa en el proyecto. Marta Llucià se encarga de la parte de marketing y comunicación y Juan Garcia-Alsina, ideólogo del proyecto, lleva la parte técnica y la biomecánica. También forma parte del equipo un experto en material de esquí y bootfitter (el técnico que adapta las botas de esquí a la problemática de cada esquiador). Paralelamente el estudio de ingeniería trabaja en los diversos prototipos y la mejora del producto. En el proyecto participan también diversos advisors (un fabricante de botas deportivas, un experto en diseño de calzado deportivo, el director de la principal revista de esquí del mercado…).
A pesar de que nuestro producto no está aún en el mercado, contemplamos ya 2 canales de distribución:
- Offline: mediante tienda especializada en material de esquí con una distribución Premium.
- Online: mediante nuestra propia plataforma de e-commerce (a través de la web de empresa, Facebook e Instagram propios).
Nuestro producto se situará en una gama top de precio ya que es un producto Premium. Existen dos soluciones –menos completas que la nuestra- que han situado su producto en el mismo nivel de precio con aceptación por parte del mercado.
En cuanto a las fases necesarias para “escalar” el proyecto, esta temporada tenemos previsto probar el prototipo número 5 y definitivo en pista con esquiadores profesionales. Y también ampliaremos los probadores con público objetivo, esquiadores de nivel medio y alto que buscan un esquí más cómodo.
El objetivo es dar visibilidad al producto, captar followers y posibles futuros clientes. Antes de la fase de industrialización y la gran inversión que ello conlleva, produciremos una serie corta para acabar de validar bien el producto.
La proyección internacional es obvia ya que la cuota nacional solo supone un 1’5% del mercado mundial y, ¿quién no querría unas buenas botas de esquí, cómodas y funcionales, en cualquier parte del mundo?