Disruptivo. Estratega de la transformación. Experto en desarrollo de personas. Líder creativo. Un comunicador nato. Son algunas de las frases que describen la naturaleza multifacética de Jamshid Alamuti, ceo y co-fundador de Pi School, una escuela de emprendimiento ubicada en Roma donde la creatividad se combina con la tecnología y se trabaja en la innovación mezclada con el arte.
Alamuti intervino en el c de c 2018 para darnos una visión más cercana de la inteligencia artificial y hacer que le perdamos el miedo. “Estoy convencido de que la unión de creatividad y tecnología genera innovación”, dijo.
Explicó que las máquinas son atractivas por la velocidad a la que trabajan y la precisión con la que lo hacen. Pero que en realidad la inteligencia artificial lo único que hace es imitar al cerebro humano. Entonces, ¿por qué la necesitamos si es una copia de nosotros mismos? “Simplemente”, argumentó, “porque la tecnología acelera todo lo que podemos hacer. Y nos da algo que no se puede comprar: el tiempo. Las máquinas son eficientes y eficaces, están para predecir y ser precisas. Nosotros los seres humanos, en cambio, tenemos la capacidad de improvisar, de jugar con las emociones. Porque somos impredecibles, como lo es también la naturaleza”.
Dijo también que la tecnología se asocia siempre a algo mágico y novedoso. Pero que la inteligencia artificial no es, sin embargo, algo de ahora. Alamuti comentó que hace 50 años ya se hablaba de ella y en ese tiempo se ha avanzado poco. “Tenemos todavía mucho que aprender y resolver”, comentó.
Afirmó asimismo que las máquinas son directas, no tienen tretas, ni maldad… Solo si quienes la manejan utilizan datos erróneos. Para ilustrarlo Alamuti relató el caso de una empresa de Barcelona (Rocket AI) que con motivo de su puesta en marcha convocó a cientos de personas por internet para celebrar su inauguración. La invitación generó tanta expectación que hubo gente que les pidió trabajar con ellos y algunos incluso se ofrecieron para invertir en la compañía. En 8 horas el valor de empresa alcanzó los 37 millones de dólares. Pero, en realidad, todo era falso. La empresa no existía. Habían creado una web falsa diciendo que eran una empresa de inteligencia artificial y era mentira. “Esto demuestra que los datos también nos pueden engañar si quienes los manejan quieren hacerlo”.
También Alamuti hizo referencia a la gran importancia que se le da hoy en día a los datos. “Pero en realidad”, explicó, “el Big Data no es más que el alimento de las máquinas para que puedan funcionar”.
De hecho, según Alamuti, la inteligencia artificial lo único que ha hecho hasta el momento es centrarse en el procesamiento del lenguaje. También es útil para la clasificación y el aprendizaje. “No veo que la inteligencia artificial sea una amenaza para la industria creativa. Al contrario, debemos utilizarla para mejorar nuestro trabajo”, afirmó. “Es cierto”, continúo diciendo, “que la IA está teniendo gran impacto en sectores como la logística, con la introducción de los vehículos sin conductor, y la salud, con el desarrollo de tecnologías que ayudarán a erradicar enfermedades tan graves como el cáncer. Pero los creativos no tenéis que tenerle miedo. No hay que tomársela tan en serio. Tenemos que ser capaces de controlarla y amoldarla a nuestras necesidades”, concluyó.