Javier Creus, consultor estratégico y fundador de Ideas for change, estuvo en el Día E 2021 para ofrecer sus reflexiones acerca de lo ocurrido en los últimos meses y sus recomendaciones para salir de la crisis de confianza en la que vivimos.
Creus estructuró su ponencia en cuatro ideas. La primera de ellas, lo rápido que puede cambiar todo (con una pandemia, con una nevada…). Y lo rápido que somos capaces de adaptarnos y de colaborar de una manera nueva (para generar vacunas en un año, compartir datos…) o de reconvertirnos, para fabricar respiradores, como hizo Seat utilizando sus instalaciones, o SAS, que fue capaz de entrenar a parte de su personal de vuelo para apoyar la labor de asistencia sanitaria… “Somos una sociedad plástica que se adapta a las situaciones difíciles a una velocidad brutal. Cuando hay un reto de verdad, somos capaces de reorganizarnos a toda velocidad”, dijo.
Creus añadió que la situación vivida durante todos estos meses ha dejado también patente que somos seres interdependientes. Que “hay una interdependencia sanitaria y climática entre todos los humanos. También la pandemia nos ha hecho ver que la desigualdad es más importante de lo que pensábamos (brecha digital…)”.
Incidió también en la necesidad de reflexionar sobre de dónde venimos. “Hay una agenda de urgencia, pero también hay otra de cosas relevantes que hemos dejado atrás, que antes o después volverán a resurgir y que servirán quizás también de guía para recuperarnos como sociedades (emergencia climática, ruina de la clase media por la crisis financiera…)”, señaló.
Falta de confianza
La segunda idea expuesta por Creus fue que, en esta situación, lo que está en crisis es la confianza. El 56% de los ciudadanos del planeta desconfía de los gobiernos, de las corporaciones, incluso de las ONGs. El 80% de los empleados no confían en mantener sus empleos… Hemos encontrado la confianza en otros lugares: entre vecinos, en Wikipedia… “Vivimos en la desconfianza total porque sentimos que la desigualdad ha roto el contrato social”, afirmó.
Señaló también que los dos factores de confianza más importantes en estos momentos son la competencia (lo que hago lo hago bien) y, sobre todo, la ética. “La competencia es importante pero lo que más vale es la ética. Es decir, esto que hago, cómo lo hago y por qué lo hago. Las marcas, al fin y al cabo, son un depósito de confianza. Cuando confías en una marca hay preguntas que ya no te haces”, apuntó. Y añadió: “en esta situación, ninguna institución, entidad o empresa es capaz por sí sola de cumplir los retos que tenemos como sociedad. Hace falta colaboración, pensar a otra escala”.
Una reflexión que le condujo a la tercera idea de su exposición. “Es hora de pensar en un sistema. Un sistema es un modo de organización para lograr un objetivo o intentar que algo funcione. ¿Quién está invitado al sistema? Todo el que pueda contribuir. Necesitamos imaginar no solo marcas mejores, sino sistemas mejores. Que sean capaces de aprovechar lo disponible, de crear un nuevo mapa de confianza compartida, que permita contribuir a hacer cosas que de verdad valgan la pena hacer. Hemos de mirar las marcas como parte de un sistema, al servicio de un propósito, de una función. Y ver qué carta pueden aportar. Por eso, estamos viendo tantas asociaciones entre empresas y ONGs para articular sistemas capaces de hacer cosas. Hacen falta todos para conseguir objetivos”.
Poniendo como ejemplo a la Naturaleza, Creus señaló también que hay tres funciones básicas en un sistema: producir, consumir y descomponer (recoger aquello que queda después de consumir y reconvertirlo en elementos para un proceso circular que pueda regenerarlos). “Es importante ver cómo crear valor en la actividad de descomponer, reciclar o reconvertir. No solo en fabricar y consumir. Es importante crear valor de aquello que sobra en los procesos de consumo”.
Cinco vientos para coger impulso
La cuarta y última idea del ponente tiene que ver con coger impulso. “Si tienes un propósito, algo que merezca la pena hacer, puedes contar con 5 ‘vientos’ o palancas para impulsarte y crecer exponencialmente”:
1) Utilizar la tecnología: “si te subes a lo que viene, vas a crecer”.
2) Apoyarse en lo que está disponible en el sistema. “Aprovechar lo que sobra para el impulso. Lo que sobra es la nueva materia prima”. AirB&B y sus alquileres de viviendas ya construidas. O Bla Bla Car y el aprovechamiento de plazas vacías en los vehículos.
3) Crecer con los recursos del sistema. No pienses en el ciudadano solo por su capacidad de consumo. Piensa en su capacidad de producción: generar contenidos, opiniones…. Crecer de la mano de ellos.
4) Intentar anticipar las relaciones que se van a generar en el sistema: seguimos diseñando modelos de negocio en los que intentamos capturar todo el valor de lo que producimos. Es mejor hacer de ‘portaviones’ para que otros puedan crear su negocio sobre el tuyo y contribuyan a impulsar tu crecimiento. Es mejor negocio tener el 30% de lo que se le ocurre a otro, que el 70% de lo que se te ocurre a ti mismo (lo saben bien los sistemas operativos móviles).
5) Las comunidades. Un conocimiento compartido. Cuando hay una comunidad que entiende que ese conocimiento compartido hace su vida y el mundo mejores, puede encontrar apoyos. “Nadie paga por utilizar Wikipedia, pero consigue apoyos porque la gente cree que el mundo es mejor con ella. Si consigues que una comunidad entienda que el mundo es mejor contigo que sin ti, impulsará tu crecimiento”.
“En resumen, estamos en una sociedad muy plástica, que tiene una agenda relevante que ninguna organización puede resolver por sí sola, necesita la ayuda de otros. Estamos en medio de una crisis de confianza. La confianza no se revierte pidiendo fe, sino con actos y propósitos. Exige más colaboración entre entidades. Ninguna sola puede resolver. Estamos en un mundo que exige mejores sistemas. Está bien ser parte de algo que valga la pena, siempre que se pueda aportar. Estamos en un momento donde vale la pena diseñar cosas no para que crezcan de manera aritmética sino de forma exponencial, porque hay 5 vientos que pueden ayudar a conseguirlo”.
Creus finalizó su intervención diciendo que “una marca sostenible tiene más que ver con un flujo que con un stock. Es, más un verbo que un activo. Las variables tiempo y scope son fundamentales. La función de una marca sostenible es inspirar y dar instrumentos a otros para hacer algo que valga la pena”.
Puedes ver las charla del Día E desde la videoteca del c de c aquí