Ha trabajado en Madre más de 20 años. En la última etapa, como directora creativa global.

Comenzó su carrera en Buenos Aires como directora de arte en algunas de las redes internacionales más reconocidas. Una década más tarde, decidió tomarse un año sabático y trasladarse a Londres donde estudió dibujo, tipografía y fotografía. Dos años después, y casi al borde de la bancarrota, optó por buscar trabajo junto a su socio Carlos Bayala.

La entrada de ambos en Mother en el año 2000 no solo cambiaría para siempre el curso de su destino profesional, sino que se convertiría en uno de los episodios más inusuales en la historia de la agencia. Mother se había fundado recientemente y por aquel entonces solo tenía veinte personas. En la entrevista les dijeron que eran demasiado seniors para trabajar allí. No dispuestos a aceptar un no como respuesta, pidieron que les considerasen como estudiantes, hambrientos de experiencia laboral. Poco después conseguían un lanzamiento para Coca Cola que les aseguró una oferta de trabajo del socio fundador, Robert Saville.

Cinco años después, fundaban Madre en Buenos Aires que en poco tiempo llegó a ser considerada una de las agencias líderes de la región en términos de estrategia, creatividad, cultura y buenas prácticas comerciales.

Años más tarde decidieron regresar a Inglaterra. El sueño de Madre, por muy bueno que fuera, tenía que terminar.  Gabriela Scardaccione pasó los últimos años representando a Madre en todo el mundo. “Fue el momento más increíble como embajadora de una marca, una parte fundamental de lo que soy como persona y profesional, pero no fue suficiente para mí. Soy muy activa. Me encanta hacer cosas, tener mi propio equipo, construir una cultura en torno a una idea. Tengo una visión para el futuro. Todavía no estoy lista para retirarme. Estoy empezando”, dice.

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21 mayo. 13:20