“Miss Beige is the antiselfie”. Así se describe en su perfil de Instagram este personaje con el que la artista y performer Ana Esmith trata de llamar la atención sobre las injusticias sociales y realidades cotidianas. Ataviada con un vestido de color beige y martillo en ristre, utiliza el humor y la provocación como herramientas para lograrlo. Ana Esmith (nombre artístico de Ana Gallego) estuvo en el Día C 2022 para contar cómo nació este personaje y cómo lo utiliza para sus reivindicaciones.
Licenciada en Periodismo y diplomada en Arte Dramático, desarrolló durante 15 años su carrera en Inglaterra alternando la creación de piezas teatrales con la dirección de montajes y la actuación. “Mi decisión de prescindir de la voz me lleva a la performance. De aquello aprendí que el juego es todo, que el espectador, el mirón como yo digo, es más importante que el artista. Y que la individualidad de cada uno es el foco donde potenciar la creatividad”.
De vuelta ya en Madrid, su ciudad natal, contó que fue paseando un día por El Rastro donde dio con el vestido beige que la ha llevado a la fama. “Decidí apadrinarlo y darle vida sin transformarlo ni alterarlo”. Y de ahí nació Miss Beige, un personaje en el que se fusionan sus facetas de periodista y artista, la realidad y la ficción. “Miss Beige representa una forma disruptiva en cualquier entorno. Es una apuesta por la valentía y la ambigüedad. Un himno a la fragilidad”, dijo.
Sus complementos, un bolsito de mano a juego con el vestido y un martillo que emplea para aderezar con ironía sus posados. “La publicidad debería usar más el martillo”, apuntó.
Una reflexión sobre género
Pero además detrás de Miss Beige hay toda una reflexión sobre el género. “Es un personaje femenino de difícil clasificación. Invita a jugar y, de esta forma, liberar la imagen de la mujer. No cabe la figura masculina a su lado, a pesar de que ha tenido ya varias propuestas. Miss Beige reivindica esa mujer mal llamada normal que está harta de ser vista como un mero ejemplo sexual”.
Las redes sociales, y en concreto Instagram, son su escaparate. A través del selfie realiza sus denuncias y reivindicaciones mirando a cámara con ironía y mordacidad. Se podría decir que Miss Beige es una espectadora de lo que está ocurriendo. “Se da cuenta de que hemos convertido lo privado en público. Que hemos pasado del ‘pienso luego existo’ de Descartes, al ‘publico luego existo’ de Zuckerberg”.
Señaló también que Miss Beige ofrece una mirada tan realista como dispar. Cuestiona los estereotipos establecidos y lanza un desafío: ¿Te atreves a ser beige? “Porque solamente creando otros patrones podremos ir más allá del binarismo de género. La mayor jugarreta que podemos hacer al patriarcado es crear personajes femeninos que no sean clasificables. Y las calles nos ofrecen un escenario perfecto para conseguirlo”.
Ana Esmith explicó también que la razón de todo esto se encuentra en que para ella el arte debe crear un pensamiento crítico. “Es una forma de educar y provocar al público. El mirón también tiene ganas de jugar y de arriesgar. Y Miss Beige coloca al espectador en una situación de sorpresa sin escapatoria”.
Además de la provocación otra de sus herramientas es el humor. “El humor solo funciona cuando te lo tomas en serio. Es hora de que sea tratado como otra disciplina de las artes y oficios. Y es hora también de mostrar que un color insulso pero singular puede ajustar la realidad. Ya sabemos que todo depende del color con que se mire, pero no del filtro de Instagram”.