Periodista y escritora, Dana Thomas es una de las oradoras indispensables a la hora de hablar de la transformación de la industria de la moda en este siglo y de su necesaria adaptación a un mundo sostenible.
Inició su intervención diciendo que cada día millones de personas compran ropa sin pensar en las consecuencias de ello. “La compra de ropa se ha multiplicado por 5 desde 1980. Adquirimos 80.000 millones de prendas al año en todo el mundo y, de media, nos ponemos 7 veces cada prenda antes de tirarla. Un crecimiento desenfrenado que está destrozando el medio ambiente”, afirmó.
Dijo que la industria de la moda genera el 20% de contaminación de las aguas y el 10% de las emisiones de carbono. “Es un sector que devora un cuarto de los productos químicos que se fabrican en el mundo. Pero tenemos que conservar la esperanza. Hay personas que ya están cambiando las cosas con mejores prácticas”, apuntó.
Habló del caso de Sarah Bellows, una empresaria que decidió cultivar índigo, para extraer de forma natural el tinte de color añil. Un color que hasta ahora se obtenía de forma artificial a base de mezclar productos tóxicos. “Cuenta con la colaboración de agricultores locales que antes trabajaban en el cultivo del tabaco. Es una forma de revitalizar las tierras y de ayudar a las economías locales”, señaló. “Bellows decía que conseguir un 1% de cuota de mercado sería todo un éxito. Dos años después me contó que había logrado un 3%”, añadió.
También puso como ejemplo de sostenibilidad a Jeanologia, una empresa valenciana que se dedica a envejecer y desgastar el tejido vaquero. “Antes la gente invertía mucho tiempo para conseguirlo. Hasta que en los 90 llegó el lavado a la piedra, un auténtico horror medioambiental. Se utilizaba gran cantidad de agua, ácidos, limas, energía…”, explicó. Dijo que el sistema que emplea Jeanologia combina tecnología láser, blanqueo con potasio y ozono y utiliza un 90% menos de agua. “Reduce un 33% el consumo energía, un 67% la utilización de productos químicos y un 71% el consumo agua. Un sistema que Levi’s decidió aplicar también en su cadena de producción”.
Pero, según Dana Thomas, la verdadera pionera de la sostenibilidad en el mundo de la moda fue la diseñadora Stella McCartney. No emplea pieles ni cuero, tampoco utiliza materiales como el plástico o el PVC. Solo productos naturales, como algodón orgánico o cachemira reciclado, y busca constantemente nuevas formas de crear tejidos. “Es el hada madrina de nuestro sector”.
Cada vez más adeptos
Dana Thomas comentó que afortunadamente esta conciencia sostenible está llegando a los gobiernos. “Muchos se han comprometido a la reducción de emisiones de carbono de cara al año 2050”, apuntó. También al mundo empresarial. “En la pandemia las empresas tuvieron tiempo de revisar sus cuentas y su manera de trabajar y ver dónde se estaba haciendo daño al planeta”. Y de modo particular a la industria de la moda. “Todo el sector ha ido aplicando reformas sostenibles. Menos desfiles, menos colecciones… se ha ido reduciendo la producción. De 100.000 millones de prendas fabricadas 20.000 millones terminaban en la basura sin venderse. La banca está concediendo préstamos para ayudar a que las empresas a que las prendas y el embalaje sean más sostenibles. Cada vez hay más adeptos a los criterios de moda sostenible”.
Otro aspecto fundamental en ese avance medioambiental es, según Dana Tomas, la implantación de la llamada agricultura regenerativa, que evita la utilización de pesticidas y productos químicos y utiliza menos maquinaria. “Si la tierra se remueve menos, los cultivos crecen mejor. Hay menos sequía, menor erosión. Por eso el sector moda está apoyando este tipo de agricultura regenerativa”.
Otro importante camino es el mundo académico. Contó que varias marcas, entre ellas Chanel, se han sumado al Programa de Becas Príncipe de Gales para la Sostenibilidad Global, cuyo objetivo es impulsar aquellos proyectos que buscan avanzar en soluciones prácticas y sostenibles que ayuden a la sociedad y atajen la perdida de la biodiversidad. “La Generación Alfa, los nacidos entre 2010 y 2020, estará muy cerca de la sostenibilidad y este tipo de iniciativas son las que estudiarán y llevarán a cabo. Una revolución que se está produciendo ya”.
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