La risa nos hace más creativos.
«El humor no sólo es herramienta de las relaciones personales, sino de las laborales»
Para hablarnos de la relación entre el humor y la creatividad, estuvo en c de c 2012 Eduardo Jaúregui, psicólogo y doctor especializado en la risa, el humor y la psicología positiva, y uno de los promotores del Día Internacional de la Diversión en el Trabajo, que se celebra este año el jueves 26 de abril.
Según explicó en su intervención “que la risa nos hace más creativos, es algo que está demostradísimo”. Las emociones positivas nos preparan para la ampliación y construcción de recursos para el futuro, por lo tanto, es el momento para aprender, hacer, crear. La risa estimula nuestra creatividad y gracias a ella somos más flexibles cognitivamente, ampliamos la atención y además escogemos las mejores ideas, es decir, tomamos las mejores decisiones después de haber reído.
Respecto a la relación entre el humor y el trabajo, Jaureguí señaló que “vivimos en un mundo en el que la seriedad es un valor en alza, parece que para ser serios hay que mostrar sufrimiento, sin embargo, no hace falta ser solemnes para ser serios”. Y defendió los beneficios que tienen crear entornos más divertidos en las empresas, poniendo como ejemplos a empresas como Southwest Airlines o La Despensa.
“El sentido del humor es fundamental en cualquier actividad creativa y por lo menos una parte del trabajo debería ser divertida”. Como ejemplo, citó a Andre Geim y Konstantin Novoselov, que recibieron el Premio Nobel de Física en 2010 por sus experimentos sobre el grafeno. Ambos aseguraron que ese lado juguetón de la ciencia había sido una de las claves de su éxito científico. Si no hubiera sido porque se dedicaban a realizar toda clase de ensayos aparentemente disparatados, en lo que ellos mismos han bautizado como «los experimentos de viernes por la noche», su descubrimiento del grafeno, por el que recibieron el auténtico Nobel de Física, no hubiera sido posible. La filosofía de esta ciencia cachonda la resume así Novoselov: «Hacemos todas las locuras posibles, que muchas veces no conducen a nada, pero que a veces nos dan grandes sorpresas».
Así que si en ámbitos aparentemente más serios como la ciencia parece que hay espacio para el juego y el humor, es posible que lo haya en prácticamente todo.