Dos editores, Mario Muchnik, del Taller de Mario Muchnik, y Julius Wiedemann, de Taschen, ofrecieron, en el c de c 2005, su visión y mientras el primero hablaba de la propiedad intelectual; el segundo lo hacia sobre cómo a reconocer las buenas ideas.
Muchink inició su intervención con la diferencia entre valor y precio. “El valor es una emoción, un sentimiento que te ata y más aún cuando lo consideras tuyo”, afirmó Muchink. “Sin embargo, el precio de una idea depende de lo que se esté dispuesto a pagar” .
Reveló que como editor se siente desprotegido por la ley de propiedad intelectual y que es cierto que pronunciar una idea en voz alta puede ocasionar más de un disgusto. Es consciente que no se pueden registrar todas las ideas que uno tiene en la mente, pero “entonces no las digas, ejecútalas y regístralas”, comentó Muchnik, cuando alguien del público le preguntó si veía viable el registro de cada una de las cosas que se nos pasan por la cabeza como buenas.
Por su parte, Julius Wiedemann, editor de Taschen, inició su intervención recordando una frase del matemático Lius Paulin: “La mejor manera de tener buenas ideas es tener muchas ideas”. Tras este enunciado, Wiedemann explicó que cada año llegan a Taschen 5.000 ideas de las que sólo se usan 2 ó 3 como mucho. “La idea buena es la que vende”, afirmó el editor brasileño. Para Julius, el proceso de separar buenas y malas ideas viene definido por la decisión del profesional, así como por el proceso de discusión y el paso del tiempo. Detalló que, en su caso, tiene que pensar en mensajes mundiales y su preocupación se centra en la forma de presentar el contenido y añadió que siempre apuesta por la combinación de caminos a la hora de editar un libro. “Un camino de ventas seguro es un camino que sigue las tendencias de la gente, pero también publicamos libros diferentes que nos ayudan a entender una parte del mercado que es desconocido”.