Sofía Moro practica la fotografía, el documental editorial y el periodismo. Su experiencia como fotógrafa ha quedado plasmada en las publicaciones más destacadas del panorama nacional e internacional, como El País o Vanity Fair. Trabajo que compagina con proyectos personales de carácter social, donde refleja su interés por la justicia y los derechos humanos.
A este último punto dedicó su intervención en el Día C 2021, en la que habló de ¿Quién merece morir?, un libro en el que la fotógrafa aborda la pena de muerte a través de las historias de personas que pasaron muchos años en el corredor de la muerte y que finalmente se pudieron salvar, aunque quedaron marcadas para siempre. “Una reflexión que persigue un cambio social de calado para algunas sociedades donde todavía existe la pena de muerte”, explicó.
El libro nació de un reportaje que hizo para El País Semanal en 2009 sobre la historia de Juan Menéndez, un recolector de fruta en Florida al que acusaron de asesinato y fue condenado a muerte por una declaración falsa de un delincuente. Pasó 16 años en el corredor de la muerte, pero, tras presentar su abogado un recurso de apelación, finalmente fueron retirados todos los cargos y pudo salir de prisión. Cuando Sofía Moro le estaba entrevistando le contó que tenía previsto reunirse en Alabama con otras 21 personas inocentes que habían pasado como él por el corredor de la muerte. Le atrajo tanto la idea que, tras pedirle permiso para asistir, decidió viajar hasta allí para poder fotografiarlos.
En Alabama fotografió a Shujaa Graham, hijo de una familia de recolectores de algodón. Estando en prisión por robo, le acusaron de matar a un vigilante, lo que le llevó a pasar 3 años en el corredor de la muerte en California. Tras cuatro juicios, finalmente consiguió demostrar su inocencia y salir de prisión. Se casó con la que fue su enfermera en el corredor de la muerte y pudo formar una familia, aunque nunca más fue capaz de trabajar en un lugar cerrado. “Me costó mucho hacerle este retrato. Fue un momento de mucha intensidad. No cruzamos una palabra. Y en el momento en que empecé a fotografiarle, empezó a llorar”.
Tras una larga sesión de fotografía por la que pasaron todos los asistentes a la reunión, Sofía Moro tomó una decisión. “Me di cuenta de que la pena de muerte era un tema en el que quería trabajar”, dijo. Lo que le llevó preparar un proyecto que le llevaría a recorrer distintos países para poder observar de cerca testimonios de otras personas que habían pasado por la misma experiencia. Países con puntos de vista diferentes sobre la pena de muerte. Democracias, como Estados Unidos y Japón, países muy pobres, como Malawi, y países religiosos, como Irán o Bielorrusia, único en Europa que mantiene la pena capital. “Aprendí que la pena muerte no tiene nada que ver con la justicia y sí mucho con la venganza”.
Historias desgarradoras
Contó también la historia de Sabrina, acusada de matar a su hijo. Una mujer negra, de familia desestructurada, que fue madre muy joven. Su bebé había fallecido de muerte súbita y la acusaron de haberlo matado. Era muy joven, 18 años, y acabó firmando su declaración de culpabilidad. Después de 3 años en el corredor de la muerte, su abogado consiguió demostrar su inocencia y salió de prisión. “Solo dos mujeres han logrado hasta ahora salir del corredor de la muerte”, comentó Sofía Moro.
Habló de los casos de muchas otras personas que conoció en los distintos países que recorrió. De nuevo, historias desgarradoras, de injusticia y sufrimiento. Y dio algunos detalles especialmente espeluznantes, como que Irán es el país que más menores ejecuta o la especial crueldad que viven los presos condenados a muerte en Japón. “No se les avisa de cuándo van a ser ejecutados hasta la misma mañana del día en que va a suceder, lo que diariamente les genera un gran estrés”.
Cerró su intervención con una imagen de Pablo Ibar, preso hispano-estadounidense que lleva 25 años en la cárcel y cuyo padre sigue luchando por demostrar su inocencia.
Puedes ver las charla del Día C 2021 desde la videoteca del c de c aquí