Ruiz considera algo esencial “sentirse libre para poder ser creativo”. Algo que, en su opinión, no siempre es fácil, sobre todo si tenemos en cuenta los planteamientos del sistema educativo en el que nos hemos formado. Un sistema en el que, según entiende Ruiz, nadie te pregunta qué es lo que quieres hacer ni se nos dice en qué podríamos destacar. “Si desde pequeños nos van inculcando, a veces sin querer, que nuestras ideas no son importantes, terminaremos creyéndolo. Y si desde la infancia dejamos de darle importancia a las ideas, al final del proceso educativo nos encontraremos muy perdidos. Por eso, es tan importante proteger a la generación siguiente e implicarnos con ella”, resaltó.
Jorge Ruiz define la creatividad como “el lugar hacia el que se dirigen los sueños”, una premisa que sirvió de punto de partida a la Fundación Promete, según comentó. En este sentido, relató su experiencia personal y cómo, para lograr sus sueños, tuvo que “desaprender lo aprendido”. Un proceso de adaptación basado en los principios que rigen la Fundación Promete: el liderazgo de las ideas, el respeto y la aceptación (incluyendo los fracasos).
Continuó su exposición Ruiz relatando cómo su sueño era ser cantante y que su público cantara sus canciones. “Me gusta escuchar cómo la gente canta mis canciones”, porque, dice, el mensaje no está en el artista, está en la canción. “Ahora, el grupo (Maldita Nerea) ya no es el centro de atención, todo el peso recae en el público”, comentó.
También dedicó Ruiz parte de su ponencia a hablar de la publicidad, otra faceta de su trabajo. “La publicidad sin música es mucho más difícil de crear que con ella”, dijo.
Y para ilustrarlo habló de algunas de las campañas para las que ha trabajado, como las de Suchard, Iberdrola o Trina. “En ellas”, volvió a insistir, “no sólo interesa el mensaje de la marca, también es importante si estamos aportando algo de valor, es decir, que el mensaje llegue a la audiencia”.